sábado, 27 de junio de 2015

Esquinas



A veces, sin darte cuenta, te tropiezas con una esquina del tiempo y terminas de rodillas en un rincón, en un rincón del tiempo, claro.
Cuando te has dado el rodillazo descubres que ese rincón está lleno de recovecos, y no puedes taparte  con recuerdos. Intentas ponerte Betadine en la rodilla y observas que no hay cobijo para las heridas. No pasa nada, evocas algún cántico y tampoco. Desistes.
La memoria es selectiva de una manera muy puñetera y, llegados aquí, no tienes más remedio que escaparte con un poema.
El tiempo, que es así: blando y con esquinas.