Séptimo reto
No me lo puedo creer. Ya está mirando el menú como si tal cosa, pero no se da cuenta
de que es muy alto, muy blanco, pesa mucho y va desnudo. Un camarero hace
ademán de llamar a la policía, yo no tengo ganas de explicarle nada, pero mi
bello amigo decide que necesita preguntar por la espuma de zanahoria, y entonces
le digo al camarero que sí, que llame a la policía. Total el año pasado ya tuvimos
la misma, pero lo de este año va a ser peor, porque este año se ha buscado de
sustituto una copia de metacrilato azul. No tengo ganas de pensar, me duele la
cabeza.
—Tienes que escucharme, no puedes tratarme como si no
comprendieras mi situación.
Llega la policía y decido que es buen momento para
desmallarme, pero para que nadie le tenga miedo, le digo que me sostenga en su
brazos, mi bella estatua, David, tan blanco, tan grande, tan desnudo y tan pétreo
me sostiene, yo cierro os ojos y decido que mañana contaré lo de la copia azul
de plástico.
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