jueves, 7 de enero de 2016

Primera semana



He soñado con mi madre

3 de enero de 2016-01-03 

Esta noche he vuelto a soñar con ella, es lo de siempre, está enferma, no está atendida, está sola,  llamo, no hay nadie y me despierto: siempre es igual.
El sueño de hoy transcurre en el complejo hospitalario antiguo, ese que no tiene ascensor y sí tiene arboles. Me invitan a una fiesta en una de las salas,  no lo entiendo,  no soy amiga del personal sanitario, pero todos me dicen que vaya  a divertirme. Digo que no puedo ir porque mi madre está enferma. Nadie me hace caso y al fin entro en una habitación. Allí está ella: mi madre. Con angustia, con ganas de vomitar, me acerco y  la incorporo. Llamo a una enfermera y vienen varias, y sí, está enferma, y comienzan a hacerle curas, y llora. Dicen que no tiene dolor, y llora, y  lloro. Mi madre se calma, las enfermeras se van. Viene alguien, un hombre joven al que parezco conocer pero no sé quién es. De nuevo me dice que vaya a la sala a divertirme con todos. No lo entiendo. Le digo que no puedo ir,  se va y me quedo con ella. Y lloro y  llora,  ya no sé qué hacer. De nuevo la angustia del vomito. Llamo a la enfermera y me despierto. Todo es mentira, no ha ocurrido, aunque nada es mentira todo ha sucedido pero no esta noche, no en mi casa,
No creo lo que ocurre, mi madre está muerta, ya no sufre. Tiemblo, sufro, lloro.  No me creo que todo haya acabado, y me voy al ordenador y escribo; y me calmo, y  lloro  sin desesperación; y me acuerdo de ella pero sin amargura; y escribo porque sé que este sueño volverá. Tengo que llorar mucho entre sueños porque despierta apenas lloro. Las pesadillas quitarán hierro al sufrimiento de mi madre, aunque sé que nunca perderé el rastro de su amargura y su dolor. Ahora escribo mucho de mi infancia para darme abrazos de montañas, es lo único que calma mi pena, lo demás me parecen palabras vacías.
Sí, hoy he tenido una pesadilla, y supongo que este año tendré la misma pesadilla muchas veces, es lo que hay, penas sin curar que se quedan en el fondo del cerebro y salen como y cuando pueden, quizá tenga que volver a leer a un muchacho joven que casi siempre contesta “no sé” cuando le preguntan. Así estoy yo, no sé cuando se irá esta pena, y no sé de qué manera aparecerá en mi vida, en mis sueños, en mis letras: no sé.


Me he inscrito en el reto de escribir un relato cada semana del año, y en el blog El libro del escritor han puesto esta semana como tema  escribir sobre una pesadilla.

2 comentarios:

  1. Hay pesadillas que nos persiguen y como bien dices,
    generalmente tiene que ver con cosas no resueltas.

    Muy buena iniciativa la de escribir esos relatos,
    la escritura, muchas veces nos libera.

    Un beso

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  2. Gracias Myriam por tus palabras, espero que el tiempo y las buenas palabras cumplan su misión, que no es otro que la de cerrar heridas. Gracias.

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