Estoy de pie en mi cocina y miro de frente el fogón en el
que están las tortitas de arroz, parece que sacian bastante y cada tortita solo
tiene 52 calorías. La verdad es que no soporto engañarme a mí misma, y menos a
las tres de la mañana, sé que tras las tortitas me comeré unas cuantas pipas y
sé… ¿ese ruido? Solo falta que vengan a atracarme y que la ansiedad me provoque
más hambre, me voy a convertir en especie protegida.
Resignación, lo mío es resignación y, enarbolándola como una
bandera, cojo el paquete de tortitas de arroz y comienzo a abrirlo y… ¿otro ruido?
Viene de la habitación que está junto a la puerta. No voy sola, lo sabe hasta
el Espíritu Santo, pero, no voy a llamar a la policía sin saber lo que pasa. Cogeré
una sartén y con ella me podré defender y así, protegida por el acero y el
teflón, me encamino por el pasillo y llego hasta la puerta de entrada. No hay
signos de que haya ocurrido algo anormal. Es el hambre, tengo tanta hambre que
así me veo, con una sartén junto a la puerta y una tortita en el bolsillo de la
bata. Se acabó, vuelvo a la cocina y voy a comer lo que me apetezca y así no tendré
delirios ni alucinaciones, y si tengo que perder peso que sea con ejercicio.
Dejo la sartén en la mesa y me río de mí misma, hambre
pasaremos pero, al menos, con humor. Noto que soplan mi nuca y un escalofrío
recorre mi espalda, me arrepiento de no tener la sartén en la mano y no soy capaz
de girarme, estoy petrificada, no sé qué hacer. De alguna manera tengo el valor
de darme la vuelta y, no hay nadie ni nada, pero veo que han dejado tortitas en
el suelo hasta la puerta de entrada, las sigo, al llegar, han pegado un cartel:
“no te mueras de miedo, los fantasmas también tenemos sobrepeso”.
Esta semana tenía que escribir un relato en el que estuviera de pie en mi cocina. No me gusta demasiado lo escrito, pero está corregido. Por otro lado, debo decir que no escribí nada en la segunda semana porque el tema no me resultaba agradable. Otro fallo es que este escrito tendría que haberlo puesto en el blog el viernes, y no hoy domingo, pero bueno, la semana ha sido complicada.
Para la semana que viene ya tengo el escrito y me falta corregirlo, espero llegar al viernes con los deberes hechos.
Así me gusta María Luz, ¡Qué hagas los deberes, aunque sea atrasados! jajaja Pero si no llegas, ya sabes, pídele a algún fantasma que te ayude :-)
ResponderEliminarBesos